El artículo invita a un acercamiento al quehacer de las amas de leche en Charcas colonial de los siglos XVI-XVIII, ocupándose en particular de documentación que proviene del eje regional La Plata-Potosí. Revela un mercado local de oferta y demanda constante de este servicio y muestra cómo el móvil del desempeño de las mujeres, en su mayoría indígenas y afrodescendientes, conoció una delgada línea de separación entre la coerción y la voluntad personal. Así también, deja ver que la labor no se redujo a la lactancia, sino que involucró la crianza de los menores. En un escenario regulado por códigos sociales particulares, el estudio da cuenta tanto de la perpetuación de la práctica frente a las recomendaciones para el ejercicio de la maternidad como de la íntima vinculación que pudo generarse entre menores y amas, a pesar de los temores recreados y de los prejuicios imperantes sobre la población de mujeres trabajadoras de ciertos orígenes. El enfoque vincula la historia del trabajo con la afectiva, atravesada por la
violencia de la institución esclavista y por nociones instaladas sobre la diferencia según el origen, sexo, condición legal y edad de las personas involucradas.

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En el marco de una investigación sobre ancestría genética en la ciudad de Córdoba, Argentina, realizamos un abordaje etnográfico, buscando aportar a este campo temático desde una perspectiva interdisciplinar (o desde una perspectiva que cruce la bioantropología y la antropología social). En este artículo, analizamos a un grupo de participantes que se acercó con el interés de buscar, confirmar o legitimar un posible antepasado indígena o afrodescendiente mediante un análisis de ADN. En un país atravesado por una narrativa nacional que promovió la invisibilización de estas identidades y su extinción, proponemos, en primer lugar, reparar en las memorias fragmentadas, los silencios y las sospechas que surgieron en los testimonios de los participantes. Por otro lado, analizamos las marcaciones racializadas y etnicizantes al momento de pensar dichas identidades y cómo las sospechas también se conectaron con ciertas prácticas, gustos y “conexiones”.

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A partir de una revisión crítica de las nociones de “crianza” o uywaña relevadas por distintas investigaciones etnográficas desarrolladas en el área andina, nos aproximamos a las convivencias cotidianas y rituales de algunas familias aymara de la Región de Arica y Parinacota (Chile). Estas convivencias constituyen prácticas de recreación y revitalización de relaciones de convivialidad entre personas y entornos vivos que se desenvuelven en el marco de las inflexiones y fracturas eco-culturales provocadas por su participación en las formaciones nacionales andinas, así como por las afectaciones ecológicas producidas por las transformaciones climáticas. Es así como, atendiendo al principio de “dejarnos educar” por familias aymara, sugerido por Tim Ingold (2022), desarrollamos una antropología que, aunque surge de interacciones frágiles y asimétricas, comprende las conversaciones en torno a las crianzas mutuas como correspondencias humanas y más-que-humanas que permiten pensar -e imaginar- la reproducción de
la vida respondiendo a las tensiones y crisis múltiples.

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A partir de la invasión europea a los Andes en 1532 y la instalación de la sociedad colonial, se desarrolló una intensa lucha por las memorias. Entre aquellas recogidas y reescritas por los europeos y las que intentaban mantener las poblaciones andinas. En las primeras, el sesgo androcéntrico invisibilizó a las mujeres y los espacios que estas habían ocupado en las sociedades andinas prehispánicas. Las segundas, en cambio, lucharon por construir narrativas que restituían el protagonismo que ellas habían tenido. Esto fue posible porque las y los andinas/os lograron conservar una autonomía enunciativa relativa, dada las condiciones coloniales, y porque usaron sus propios sistemas de registro, como los qeros, para inscribir en ellos sus propios relatos y memorias, escapando así al control colonial. En una muestra de 37 qeros del siglo XVI, pudimos rescatar relatos visuales en los que aparecen los sujetos femeninos, a veces solos o a veces acompañados de sujetos masculinos. Identificamos tres nuevos conjuntos significantes visuales
con memorias andinas ya coloniales en los que los sujetos femeninos son parte importante de esas narrativas. Utilizando los lexicones coloniales, postulamos que la categoría de enunciación en las memorias andinas era el concepto de runa, que significaba tanto a los hombres como a las mujeres y a las mujeres y los hombres, y que habrían sido los cronistas y autoridades españolas los que masculinizaron el término, invisibilizando o borrando a los sujetos femeninos de esos relatos.

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